abril 24, 2024

Cuando AMLO era priista se quedó “calladito como momia”

Cuando AMLO era priista se quedó “calladito como momia”

Redacción/Canal12

QUERETARO.- “Nuestra democracia está bajo amenaza porque López Obrador nunca ha sido un demócrata. De ahí su complejo de inferioridad frente a intelectuales que han demostrado su compromiso con la democracia.

Nunca ha sido un demócrata. Por eso desprecia a los medios que lo critican. Por eso interviene en el Poder Judicial sin pudor. Por eso inventa una consulta popular que va a costar más que el avión presidencial, no para escuchar al pueblo, sino para manipular una elección.

Por eso desprecia a Chihuahua y a su gobernador, porque le acompleja recordar una lucha en favor de la democracia, la de Chihuahua en 86, en la que ni él y ni los suyos, tuvieron los arrestos para participar”, afirmó Ricardo Anaya.

En un nuevo video sobre su libro El pasado, presente y futuro de México, Ricardo Anaya habla de la transición a la democracia y destaca dos momentos “de los que, curiosamente, no le gusta hablar a López Obrador”, porque lo dejan “muy mal parado”: Chihuahua 86 y el fraude del 88.

Anaya explica que en las elecciones a gobernador de Chihuahua en 1986, cuando “todo lo controlaba el PRI”, “le robaron la elección a Pancho Barrio”, lo que provocó una amplia protesta social, a la que se unieron destacados intelectuales publicando un desplegado firmado por figuras de la talla de Octavio Paz, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Gabriel Zaid, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, entre otros.

“Lo que hay que recordar es que Chihuahua 86 fue un parteaguas, porque se unieron todos los que creían en la democracia”, señala Anaya al preguntarse “¿por qué habría de avergonzar todo esto a López Obrador?, pues porque él era entonces un destacado priista del estado de Tabasco y se quedó “calladito como momia” frente a esos hechos.

Además, agrega, “el arquitecto de ese fraude electoral” es hoy una de las principales figuras de la llamada cuarta transformación, y era en ese entonces el secretario de Gobernación: Manuel Bartlett.

En cuanto a las elecciones presidenciales del 88, Anaya recuerda la famosa “caída del sistema”, operada, otra vez, por el secretario de Gobernación (pues no existía aún el IFE, ahora INE), Manuel Bartlett, y recupera el video en el que Bartlett dice que tuvieron “dificultades en la recepción de la información”, precisamente cuando los resultados favorecían a Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional. Como se sabe, dice, el conteo acabó favoreciendo a Carlos Salinas de Gortari.

Anaya recalca que “por increíble que parezca, durante la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari, López Obrador se quedó en el PRI. No acompañó en la lucha ni al ingeniero Cárdenas ni a la izquierda de esa época”, y “ya después, cuando no le dieron la candidatura que él quería, entonces sí se salió del PRI”.

Ricardo Anaya destaca que “aunque todos los días se repita que la democracia nació con el triunfo de López Obrador, esa es una gran mentira”, y también “es una muestra de enorme ingratitud hacia las mujeres y hombres que lucharon por construir las condiciones que, entre otras cosas, permitieron su triunfo en 2018”.

El autor de El pasado, presente y futuro de México concluye que “la historia de la transición a la democracia no es la historia de un solo hombre. Es la historia de un magnífico esfuerzo colectivo”, en el que intervinieron, a lo largo de muchos años, “miles de hombres y mujeres que dieron su vida, que lucharon por construir un sistema en el que hubiera certeza y condiciones electorales equitativas. López Obrador nunca ha sido un demócrata, es ahora o nunca. Toca defender nuestra democracia”.

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