Por Eloísa González
CANCÚN. -Tras el impacto de varios sistemas hidrometeorológicos en los últimos meses, las playas y arenales de Cancún han sufrido un grave impacto, reconoció la fundadora de Guardianes del Manglar Cancún Katherine Ender Córdova.
Explicó que la erosión que presentan las playas es un fenómeno que se registra de manera natural tras la llegada de huracanes y tormentas tropicales, sin embargo, también se pueden dañar las playas a consecuencia de no respetar las dunas costeras y permitir la construcción de un mayor número de hoteles sobre las mismas.
Además de lo anterior, la pérdida de arrecifes en algunos sectores como consecuencia de los huracanes, el calentamiento global y eventos climáticos extremos como la niña, ciclones y huracanes han contribuido al deterior de las playas, por ello, para subsanar el daño se debe buscar una solución integral en la que no se generen riesgos a los turistas y tampoco se altere el paisaje natural.
Los eventos meteorológicos extremos causan daños en la barrera arrecifal de la Riviera Maya, la cual (barrera arrecifal) constituye una defensa al ser disipadores de la energía del oleaje y evitar el transporte de arena mara adentro.
La zona turística de Cancún y la Riviera Maya se encuentran en una zona frágil desde el punto de vista medioambiental, lo que no ha sido considerado por los inversionistas, por ello, al tratarse de un tema complejo en la solución intervienen varias instancias.
Por lo anterior, el proyecto de restauración de playas encargado al IMTA (Instituto Mexicano de Tecnología del Agua) fue aplicado en el 2006, invirtiendo 230 millones de pesos, se empezaron las obras de relleno dragando millones de metros cúbicos de arena con característica similares a las originales del fondo arenoso del Mar Caribe, pero al final, nuevamente fenómenos meteorológicos y la misma dinámica de la zona costera provocaron una erosión constante.
Más adelante se decidió continuar con el proyecto, Cancún de nuevo perdía sus playas y también perdía flujo turístico, en el 2009 el proyecto de restauración creó una franja de playa de unos 11 kilómetros de largo en Cancún, 4.2 kilómetros en Playa del Carmen, y 4.5 kilómetros en la isla de Cozumel, con un costo aproximado de 785 millones de pesos, pero esa franja ya empezó a desaparecer, se reconoció que de 6 a 8% de la nueva arena ha sido erosionada.
